08 agosto 2023

El cerebro de los perros es cada vez más grande


Las razas caninas modernas aún no han alcanzado al lobo en cuanto al tamaño de sus cerebros, pero esa discrepancia se está reduciendo. El cerebro del perro moderno es cada vez más grande, y podría ser gracias a sus interacciones con los humanos.

Un nuevo estudio, publicado en la revista Evolution, investigó el tamaño del cerebro de las razas caninas modernas y antiguas. El equipo de investigadores descubrió que los cerebros de los perros son más grandes cuanto más se alejan genéticamente del lobo.

Fue un hallazgo sorprendente. "Los resultados muestran que la cría de razas caninas modernas ha ido acompañada de un aumento del tamaño del cerebro en comparación con las razas antiguas", afirma en un comunicado de prensa Enikó Kubinyi, investigador principal del Departamento de Etología del Instituto de Biología ELTE. "No pudimos explicarlo basándonos en las tareas o las características vitales de las razas, así que sólo podemos especular sobre las razones".



En el estudio, un equipo de Hungría y Suecia utilizó imágenes de TAC de más de 850 perros que representaban 159 razas para reconstruir el cerebro de distintos individuos y determinar su volumen cerebral. Compararon los resultados con 48 ejemplares de lobo.

Los datos mostraron que un perro con un peso similar al de un lobo tenía un volumen cerebral de unas tres cuartas partes del tamaño del cerebro del lobo. Esto confirma investigaciones anteriores según las cuales la domesticación reduce el tamaño del cerebro en un 20%, ya que los animales no necesitan cazar ni valerse por sí mismos, ni se enfrentan a tantos peligros como en la naturaleza.

"No hay necesidad de mantener el cerebro de gran tamaño, tan costoso energéticamente, y la energía liberada puede destinarse a otros fines, como producir más crías", afirma en un comunicado de prensa László Zsolt Garamszegi, biólogo evolutivo del Centro de Investigación Ecológica de Hungría, "lo cual es importante para los animales domesticados".

Pero en un giro de expectativas, cuanto más alejada estaba genéticamente una raza de perro de un lobo, mayor era el tamaño relativo de su cerebro. Y no importaba si el perro tenía responsabilidades que consumieran energía, como el pastoreo o la guardia.

"Quizá el entorno social más complejo, la urbanización y la adaptación a más normas y expectativas hayan provocado este cambio", especula Kubinyi, "que afecta a todas las razas modernas".

Según el estudio, la categoría funcional, la forma del cráneo, la longevidad y el tamaño de la camada no guardaban relación con el tamaño relativo del cerebro.

El equipo cree que las conclusiones se ven reforzadas por la independencia observada en las razas antiguas; en concreto, su propensión a ladrar menos y reaccionar menos a las señales humanas que las razas modernas.

"Las diferentes razas de perros viven en distintos niveles de complejidad social y realizan tareas complejas, que probablemente requieren una mayor capacidad cerebral", afirma Niclas Kolm, de la Universidad de Estocolmo, en un comunicado de prensa. "Por lo tanto, nuestra hipótesis es que las presiones selectivas sobre el cerebro pueden variar dentro de la especie canina, y podemos encontrar diferencias en el tamaño del cerebro entre las razas en función de las tareas que realizan o de su distancia genética de los lobos".


Fuente: Men´s Health - Tim Newcomb