Todos conocemos el característico logotipo del león rugiendo con
el que comenzaban las películas de la Metro-Goldwyn-Mayer, lo que quizás no conozcamos es la
curiosa historia de este león que nos rugía desde la pantalla
La historia de este león es curiosa, su invención fue fruto de la
imaginación de Howard Dietz (ex combatiente en la Primera Guerra Mundial
y reportero), que era el director de publicidad de la Goldwyn Pictures
en 1924 (cuando esta se unió a la Metro). La imagen del león es anterior
a esta fusión ya que Howard lo diseñó en 1916 inspirado en el logotipo
de la Universidad de Columbia titulado Roar, Lion, Roar (“Ruge, León,
Ruge”), eslogan que se grita cuando el equipo de fútbol de la
universidad consigue marcar.
En 1924, Goldwyn se unió a Metro y a Louis
B. Mayer y el león se convirtió en el símbolo del nuevo estudio, pero
pasarían 4 años antes de que el público pudiera escuchar su rugido
reproducido por un fonógrafo. El propio Mayer sería el encargado de su
filmación del rugido
El 21 de septiembre de 1927 se estrelló en Arizona un avión fletado
por la Metro Goldwyn Mayer. El aparato, un Brougham modificado, debía
llevar de Los Ángeles a Nueva York a una de las estrellas de la
compañía, reclamada para cumplir ciertos compromisos publicitarios. No
hubo víctimas pero al llegar los bomberos al lugar del accidente se
llevaron una buena sorpresa.
Y es que la estrella que viajaba en el avión era el león emblema de
la Metro, un felino al que durante toda su vida persiguió la mala
suerte, o la buena según se mire. El león no solo salió ileso a este
accidente de avión sino que también sobrevivió a dos accidentes
ferroviarios, un terremoto, un incendio y una inundación. De hecho ya el
barco que lo trajo a EEUU estuvo a punto de naufragar.
Dos momentos de la grabación del famoso logo |
Aunque a todos los leones de la Metro se les conoció popularmente como
"Leo el león", su papel lo han interpretado varios leones. El primero, y
protagonista del accidente, se llamaba Slats, de cuyo origen no existen
datos muy precisos, pues mientras unos decían que provenía de Sudán,
otros que había nacido dentro del zoológico de Dublín, lo que si es
cierto, es que fue adiestrado por el especialista Volney Phifer, un
famoso domador de animales de Hollywood, y que Slats representó a la
Metro entre 1924 y 1928 y nunca llegó a rugir en pantalla, era la época
del cine mudo. No obstante al público le encantaba.
Después vendrían otros como Tanner el primer león de la Metro en
technicolor, George y Jackie.
En total fueron cinco los leones que pusieron rostro al emblema de la
Metro. Y solamente el quinto, imagen de MGM desde 1957, se llamó Leo.
Pero ¿que pasó con Slats, el primer león de la Metro? Volney Phifer, su
adiestrador, compró una granja en Gillette, Nueva Jersey, a donde llevó
muchos animales utilizados en los espectáculos de Broadway cuando ya no
interesaban a sus dueños.
Allí llevó también a Slats donde viviría ocho años más hasta su muerte
en 1936. Y allí reposan sus restos, bajo un pequeño bloque de granito y
un pino, que el propio Phifer plantó tras la muerte de la bestia. Según
Phifer mientras el árbol se mantenga en pie sus raíces dominarán el
espíritu de Slats.
Slats junto a una asustada Greta Garbo |
Como suele pasar casi siempre, cuando la
granja rebosaba de vida animal era odiada por los habitantes de Gillette
que se quejaban del ruido, los olores y del peligro que suponía que
alguno de ellos escapase.
La situación cambió radicalmente, y en 1994
los vecinos de Gillette iniciaron una campaña para preservar la tumba de
Slats ya que una empresa de camiones pretendía construir un
aparcamiento sobre ella.
Consiguieron su propósito, así que por suerte
para todos, el espíritu de Slats continúa descansando.
Fuente: misterios.de