06 junio 2024

El perro de Groenlandia

 El perro de Groenlandia, una raza antigua en peligro de extinción


Los perros de Groenlandia son una de las razas caninas más antiguas que existen. Criados como perros de trabajo, corren el riesgo de desaparecer a medida que el estilo de vida cambia.

El Círculo Polar Ártico es el hogar de algunas de las razas caninas más antiguas del mundo, vinculadas estrechamente al estilo de vida nómada. Entre estas se encuentra el perro de Groenlandia, conocido como Grønlandshund en danés o Kalaallit Qimmiat en la lengua nativa de los inuit.

Se trata de una de las razas más antiguas del mundo, con más de mil años de historia, y está estrechamente emparentada con los lobos árticos, de los cuales ha conservado algunos rasgos como la ausencia de ladridos. Se engloba en un grupo de perros llamados spitz (que en alemán significa “puntiagudo” y que alude a la forma de su hocico), entre los que se encuentran también razas tan conocidas como el husky siberiano, el malamute de Alaska, el samoyedo o el Akita.

Como otros perros nórdicos, son animales de trabajo y su existencia ha estado estrechamente vinculada a un estilo de vida que se encuentra en retroceso: en los últimos 20 años su población se ha reducido a la mitad y actualmente quedan solo unos 3.000 ejemplares, con los problemas de endogamia que eso conlleva.



UN PERRO MUY ANTIGUO

El perro de Groenlandia llegó a esta isla con los pueblos inuit hace unos 1.000 años, aunque su origen es mucho más antiguo. Su procedencia no está clara, aunque parece ser descendiente de los perros que habitaban el Ártico canadiense o Siberia hace unos 4.000 años, y que se separaron en varias razas. De entre las actuales, la más cercana a ellos es el perro esquimal canadiense: algunas federaciones cinológicas los reconocen como razas separadas, mientras que otras los consideran variedades de la misma ya que son muy parecidos genéticamente.

Se consideran perros “primitivos”, un término que se aplica a aquellas razas más cercanas a los lobos, en aspecto pero también en comportamiento. Esto se nota sobre todo en su lenguaje verbal: son una de las pocas razas que no ladra, su comunicación se basa sobre todo en aullidos y en una especie de gritos agudos que emiten cuando están contentos.

También son animales con un sentido de manada muy intenso, que desarrollan vínculos fuertes con los compañeros con los que crecen pero que reaccionan a los extraños con desconfianza y una actitud muy defensiva. Aunque son sociables, no son perros que requieran una atención constante por parte de los humanos.


COMPAÑEROS CANINOS

El perro de Groenlandia no fue criado como una mascota, sino un compañero de trabajo. Típicamente ha tenido dos usos: por un lado la la caza y la pesca, especialmente de focas; y por otro el transporte, siendo uno de los perros de trineo más antiguos que se conocen, gracias a su gran fuerza y resistencia.

Esta raza ha estado muy vinculada a los inuit de Groenlandia y, al vivir en un entorno tan aislado, prácticamente no se ha mezclado con otras razas, lo que ha contribuido a que tengan una apariencia bastante uniforme. Pero ahora este aislamiento puede ser su perdición, ya que al ser perros criados para el trabajo, no se han hecho tan populares como otros perros spitz y su supervivencia depende directamente del estilo de vida al que sirven.

Y es que el perro de Groenlandia no es muy indicado como mascota, al menos, no para la mayoría de la gente: necesita hacer mucho ejercicio y poder realizar actividades al aire libre, tanto para ejercitarse como para tener una estimulación mental. Además, son perros ruidosos por su naturaleza territorial y su costumbre de aullar.

Quienes han decidido tener perros de Groenlandia para fines distintos a la caza o el transporte de bienes son mayoritariamente mushers o personas que realizan paseos en trineo. Como corredores no son tan populares como los huskies o los malamutes, ya que aunque poseen una gran resistencia, son menos rápidos. En cambio, sí se usan comúnmente en actividades turísticas y de recreo, sobre todo las gestionadas por poblaciones nativas.


UNA RAZA EN PELIGRO

Debido a su necesidad de ejercicio físico y a su vínculo con las poblaciones árticas, el perro de Groenlandia se encuentra actualmente en peligro de desaparecer. Según un censo realizado a finales de 2023, quedan unos 3.000 ejemplares, aproximadamente la mitad de los que había hace apenas 20 años.

Los estilos de vida cambian y la introducción de los vehículos motorizados ha hecho que pierdan su utilidad como animales de tiro. Además, el cambio climático ha provocado el deshielo cada vez mayor del Ártico, limitando aún más el uso del trineo. Incluso ahí donde todavía hay hielo, las motos de nieve ganan terreno a los perros, que resultan más caros de mLa caza, por su parte, se ha convertido más en una actividad tradicional que en un pilar de la subsistencia para estos pueblos; especialmente porque las focas dependen de la formación de banquisas de hielo flotante, que cada vez son más pequeñas y efímeras. Los que durante siglos habían sido compañeros indispensables de los inuit han perdido su importancia, aunque la gente sigue criándolos en nombre de la tradición.

El hecho de que tampoco sean mascotas tan populares como los huskies, los malamutes o los samoyedos (todos ellos perros nórdicos, pero que no han sido limitados al ámbito del trabajo) tampoco ayuda. Si la raza todavía existe es gracias en buena parte al turismo, ya que siguen siendo excelentes perros de trineo. Pero si casquete polar sigue perdiendo hielo, esta raza milenaria podría finalmente desaparecer; y con ella, un pedazo de historia e identidad de los pueblos del Ártico.

Fuente: National Geographic - Abel G.M.