- La otitis externa es la inflamación del epitelio de revestimiento del conducto auditivo externo.
- Es una patología frecuente, representando hasta una cuarta parte de las consultas dermatológicas caninas y una sexta parte de las felinas, apareciendo con mayor frecuencia en zonas con clima templado y tropical.
1 -Etiopatogenia
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Es una patología con etiología multifactorial originada por factores
desencadenantes y mantenida por factores perpetuantes. A su vez, se
han descrito todo un conjunto de factores predisponentes que proporcionan las
condiciones necesarias para la proliferación microbiana.
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En numerosas ocasiones la otitis externa aparece como un
síntoma más de un proceso dermatológico (alérgico, seborreico, etc.).
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Los factores desencadenantes
son los responsables del inicio de la inflamación del conducto auditivo
externo. En perros se citan como más frecuentes las alergias, seguidas
de lejos de los cuerpos extraños y Otodectes cynotis.
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Procesos alérgicos. La mitad o más de los perros atópicos o con
reacciones adversas a los alimentos llegan a presentar otitis,
usualmente bilateral, pudiendo en ocasiones ser el signo principal o
único de la alergia.
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Cuerpos extraños. En determinadas épocas del año es frecuente
la aparición de otitis externas por la penetración de espigas y semillas
en el
interior del conducto en animales que frecuentan jardines o zonas
rurales.
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Parásitos. El principal agente de otitis parasitarias es Otodectes cynotis, causante del 5-10% de las otitis en perros y de un tercio o la mitad en gatos. Es
un ácaro muy contagioso, que se extiende de forma rápida, afectando
principalmente a los animales más jóvenes. Cursa con una secreción de
color
marrón-negruzco constituida por cerumen, sangre y exudados, siendo el
prurito variable. Otros ácaros que ocasionalmente pueden provocar otitis externa don Demodex canis, Sarcoptes scabiei y Notoedres cati.
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Trastornos de la queratinización. Los perros que presentan trastornos
seborreicos suelen presentar una otitis externa ceruminosa. Esto incluye
ciertas endocrinopatías, como el hipotiroidismo, donde los trastornos
seborreicos
asientan principalmente en las orejas con la aparición de otitis
ceruminosas.
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Afecciones autoinmunes. Los lupus eritematosos, los pénfigos
y la celulitis juvenil pueden provocar otitis por extensión de la afectación del pabellón auricular.
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Reacciones adversas a fármacos. A veces se pueden observar otitis en casos de dermatitis por contacto,
por sensibilización a componentes de los preparados óticos.
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Traumatismos producidos por el propio animal, por un rascado
excesivo o por peleas.
- Neoplasias. Las neoplasias cursan como otitis crónicas que no responden al tratamiento. En perros las más frecuentes son las de glándulas sebáceas, histiocitomas y mastocitomas, mientras en gatos adultos son el carcinoma de células escamosas y en jóvenes los pólipos de origen inflamatorio.
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Los factores perpetuantes son los que agravan la otitis externa impidiendo su resolución. En los casos
crónicos suele haber más de un factor, de manera que su identificación es necesaria
para el correcto reconocimiento de la otitis externa.
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Bacterias, tanto grampositivas como gramnegativas, se perpetúan
en el conducto auditivo externo complicando e impidiendo la curación.
- Las más frecuentes, en perros, son Staphylococcus pseudintermedius (36-70%) y Pseudomonas aeruginosa (3-18%) y, en menor medida, por debajo del 10% cada una, Streptococcus spp, Proteus spp y E. coli. En otro artículo, se ha cuantificado la presencia de cocos en un 38% de los casos caninos y en un 22% los bacilos.
- En gatos predominan los estafilococos, seguidos de Pasteurella y E. coli.
- Levaduras, principalmente Malassezia pachydermatis, la cual está estrechamente relacionada con otitis ceruminosas secundarias a procesosalérgicos, y en casos de tratamientos inadecuados con soluciones antibióticas. Se ha cuantificado su participación en alrededor del 70% de los casos caninos y del 64% de los felinos.
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Con menor frecuencia se aislan otros microorganismos como
Candida, Aspergillus, Trichophyton y Microsporum.
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Las complicaciones derivadas de la cronicidad también pueden ser
factores perpetuantes de un cuadro de otitis. Algunas de estas
alteraciones, como la hiperplasia, hiperqueratosis y estenosis del
conducto, calcificaciones
del cartílago, etc., pueden perpetuar una otitis aun
cuando se haya identificado y tratado la causa primaria y se haya
identificado y tratado los agentes infecciosos que están complicando el
cuadro.
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Los factores predisponentes son los que colocan
al paciente en riesgo de padecer la enfermedad, aunque por sí solos no
sean la causa del proceso inflamatorio.
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Cualquier anormalidad anatómica que asiente sobre las orejas
y origine cambios importantes en el microclima del conducto auditivo externo,
predispone al padecimiento de otitis externas. Así, las otitis externas son más
frecuentes en animales con orejas grandes y caídas, siendo más frecuente en razas como el cocker o el spaniel bretón, debido a una escasa
ventilación y al cúmulo de secreciones en la parte más externa del conducto auditivo.
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La otitis externa
en mucho más frecuente en animales que presentan conductos auditivos largos y
estrechos, y en los que contienen gran cantidad de pelos.
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El incremento de la humedad en
el conducto auditivo externo, en la mayor parte de los casos por entrada de
agua al conducto después de baños, facilita la aparición de otitis.
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El arrancado incorrecto de
los pelos del conducto y la limpieza del mismo mediante la introducción de
bastoncillos que empujan las secreciones hacia el interior, pueden provocar la
irritación suficiente para predisponer al padecimiento de otitis.
- Aunque la otitis externa es más frecuente en zonas con climas cálidos, no se ha demostrado una predisposición estacional.
Los
factores desencadenantes son los responsables del inicio de la
inflamación del conducto auditivo externo: en perros el más frecuente
son las alergias, seguidos de cuerpos extraños y Otodectes cynotis,
mientras en gatos O. cynotis es el principal
Los factores perpetuantes son los que agravan la otitis externa
impidiendo su resolución: cocos (Staphylococcus), bacilos (Pseudomonas) y
levaduras (Malassezia)
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El prurito es el síntoma más
frecuente, manifestándose con sacudidas frecuentes de la cabeza y
el rascado de las orejas. En ocasiones, un dolor manifiesto sustituye al prurito.
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Si la afección es unilateral, el animal tiene tendencia a inclinar
la cabeza hacia el lado afectado, pudiendo estar las orejas caídas lateralmente en razas de orejas erectas.
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Suele aparecer un aumento de la secreción, con acumulación
de cerumen y exudados en la porción más externa del conducto, pudiendo apreciarse un sonido de chapoteo al palpar la base de la oreja. Las características del exudado pueden ofrecer una aproximación a la etiología:
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Las infecciones bacterianas presentan un exudado de color blanquecino-amarillento.
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En presencia de Malassezia pachydermatis son de aspecto grasoso y color chocolate-pardo.
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La otitis por Otodectes cynotis cursa con una secreción con aspecto marrón-negruzco y seca, recordando los posos del café.
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La hipersecreción ceruminosa es de color amarillento, seca y con olor a rancio.
- La presencia de úlceras intensas del epitelio de revestimiento y olor putrefacto, principalmente en oídos en los que se han instaurado tratamientos con antibióticos de forma prolongada, debe hacer sospechar de Pseudomonas aeruginosa.
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En un primer momento
el conducto auditivo externo aparece eritematoso y tumefacto, seguido de un
engrosamiento epitelial con hiperqueratosis, congestión y edema, incrementándose la
actividad en las glándulas sebáceas y apocrinas, con la aparición de una mayor
cantidad de cerumen.
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En las otitis crónicas los cambios hiperplásicos pueden originar
un engrosamiento y endurecimiento del conducto auditivo externo de tal magnitud
que se produce el cierre total o parcial del mismo; la estenosis del canal se observa en un tercio de los casos.
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Los otohematomas son las lesiones
secundarias más frecuentes asociadas al prurito.
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En general, el diagnóstico de una otitis externa
es sencillo, realizándose en base a la historia y al examen físico. Los pasos a seguir son:
- Exploración externa del oído y del pabellón auricular, que permite detectar la presencia de eritema, lesiones (úlceras, costras, etc.), exudados, lesiones secundarias al rascado y a las sacudidas de la cabeza, obstrucción parcial o completa del conducto auditivo externo, etc.
- Es fundamental realizar una otoscopia de ambos oídos, comenzando por el supuestamente sano en el caso de sospechar una afección unilateral, debiéndose emplear un cono limpio en cada oído.Mediante la otoscopia se detectan y extraen cuerpos extraños, se observan las lesiones existentes en la mucosa y el tipo de exudado presente, se define el grado de estenosis del canal auricular y se intenta ver el estado de la membrana timpánica, si bien esto no es posible en muchas otitis.En ocasiones se requiere la sedación del animal a fin de conseguir una buena exploración con el otoscopio, siendo incluso a veces necesario anestesiar al paciente si hay dolor intenso.Con frecuencia hay que realizar un lavado del canal auricular al inicio de la otoscopia para facilitar la inspección de la mucosa y de la membrana timpánica. En dicho caso se obtendrá una muestra del exudado (paso siguiente) antes de realizar el lavado.Cuando la inflamación es intensa o existe una estenosis importante del canal que dificulten la otoscopia, puede ser necesario instaurar una terapia sistémica durante 5-7 días, posponiéndose la otoscopia.
- En el caso de existir un exudado es imprescindible recoger una muestra para realizar un estudio citológico.La observación en fresco permite la detección de ácaros, mientras que se debe realizar una tinción convencional para observar las células (inflamatorias, epiteliales, neoplásicas) y microorganismos (cocos, bacilos, levaduras) presentes.La presencia de numerosas bacterias con ausencia de células inflamatorias solo indica la existencia de crecimiento bacteriano, pero no infección activa. Los cocos normalmente son estafilococos, mientras que los bacilos suelen ser Pseudomonas aeruginosa o Proteus spp, y las levaduras Malassezia pachydermatis.Como es frecuente encontrar esta levadura en oídos sanos, se requiere un número mínimo de 5 a 10 levaduras por campo microscópico de inmersión para considerar que existe una infección o sobrecrecimiento.
- Se indica la recogida de una muestra para aislamiento microbiano, y realización de un antibiograma, solo cuando existe un proceso inflamatorio intenso o complicado con otitis media, se ha observado la presencia de bacilos en la citología, y se pretende realizar una antibioterapia sistémica.
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Ante una otitis externa es importante saber si existe
también perforación de la membrana timpánica y otitis media. Para ello, en el examen
otoscópico, a ser posible con el paciente sedado, se debe comprobar si existe inflamación
de los tejidos que circundan el oído medio y ruptura de la membrana timpática, pudiendo estar indicada
la realización de radiografías de las ampollas timpánicas.
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Con frecuencia las otitis, hasta dos tercios de las caninas ,
son crónicas o recurrentes, en cuyo caso es imprescindible indagar y
tratar el factor desencadenante de las mismas, teniendo presente que en
perros casi dos tercios pueden tener un trasfondo alérgico.
4 -Tratamiento
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El tratamiento de una otitis externa incluye
varios aspectos. El primero consiste en la limpieza del canal auricular en la primera consulta, que es
fundamental ya que facilita la eliminación de detritus, exudados, pequeños
cuerpos extraños, etc.
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La eliminación de los detritus y exudados mejora la terapia,
ya que permite que los fármacos tópicos no sean inactivados, y facilita el
contacto de los principios activos con la mucosa, además de disminuir la
presencia de sustancias que favorecen la inflamación y modificar el ambiente
que favorece el crecimiento de los gérmenes. A su vez, tras la limpieza es
posible mejorar la inspección de la mucosa ótica.
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Existen distintos métodos para realizar la limpieza del
canal, siendo el más común el uso de una jeringa grande a la que se acopla un
catéter blando, la cual permite introducir la solución de lavado y extraer los
detritus. También es útil el uso de sistemas comercializados de lavado de
oídos, como el AuriflushTM. En el caso de existir restos pegados a la mucosa,
éstos se eliminan mediante el uso de pinzas de cocodrilo o curetas.
- La solución de lavado recomendada en esta primera consulta es la solución salina fisiológica. Si ésta no es capaz de limpiar el oído, se pueden usar soluciones limpiadoras comerciales, previa comprobación de la integridad de la membrana timpánica.
Lavado con solución salina fisiológica
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Posteriormente se indica al propietario el tratamiento a instaurar en casa, que suele consistir en (1) la
limpieza del oído con un "limpiador", para eliminar los exudados y
facilitar el acceso de los
principios activos, que se realiza por la mañana; y (2) la instilación
de un "otológico", dos veces al día, la de la mañana media hora después
de aplicar el limpiador. Con el paso de los días, al disminuir la
suciedad de los oídos, se alarga la frecuencia de uso de los limpiadores
(dos veces por semana ... una vez semanal).
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La composición del limpiador o solución de lavado varía según el tipo de exudado, germen presente y estado de la membrana
timpánica. La limpieza en casa requiere aplicar la solución de lavado, usualmente comercial, masajear el
oído durante medio minuto y secar todo lo posible el canal auricular.
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Si la membrana timpánica está rota o se desconoce su estado es preferible usar solución salina
fisiológica o ácido acético al 2% (vinagre y agua a partes iguales).
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Si está intacta se recomienda el uso de
cerumenolíticos (dioctil sulfosuccinato sódico, propilenglicol, glicerina, escualeno) cuando existen
exudados cerosos.
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Y antisépticos (clorhexidina al 0,05-0,2%, povidona yodada al
0,2-0,5%) o limpiadores secantes (ácido salicílico, ácido bórico,
alcohol isopropílico) si el
exudado es purulento.
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En el caso de una infección por Pseudomonas
aeruginosa se recomienda realizar los lavados con ácido acético al 2%, 4 veces
al día.
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La composición del otológico también depende de las características del exudado y los gérmenes perpetuantes.
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Si el proceso es seco, escamoso y costroso es
preferible un otológico oleoso, mientras que en otitis húmedas se
prefieren los preparados acuosos.
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La presencia de corticoides en el otológico reduce el
dolor, el edema y la producción de exudados, permitiendo la llegada de
otros principios activos y facilitando la ventilación y el drenaje del
conducto auditivo externo.
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Si hay bacterias se incluyen antibióticos.
Empíricamente se usan gentamicina, neomicina, y la combinación
neomicina-polimixina B, debiendo tener en cuenta que el pus inactiva
estos antibióticos.
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De acuerdo con los estudios de sensibilidad, y
teniendo en cuenta los otológicos usualmente disponibles en el mercado,
en presencia de estafilococos una buena elección es la gentamicina o el
enrofloxacino; si hay cocos en cadenas, probablemente estreptococos, el
enrofloxacino.
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En caso de infección por Pseudomonas aeruginosa es
de elección la polimixina B, disponiendo alternativamente de otológicos
con marbofloxacino y, en la farmacopea humana, con ciprofloxacino. En
los últimos años se ha postulado la eficacia de la combinación de un
limpiador a base de EDTA y de tópicos con fluoroquinolonas en el
tratamiento de las otitis caninas por Pseudomonas, bien usando primero el limpiador y aplicando después el otológico, o usándolos mezclados.
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En presencia de Malassezia se incluyen antifúngicos, a ser posible miconazol.
Lavado con limpiador adecuado una vez al día y aplicación del otológico específico dos veces al día
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En ocasiones se recomienda el uso de terapias sistémicas:
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Se recomiendan antibióticos en otitis muy proliferativas, intensas o que alcanzan al oído medio, manteniendo la terapia una semana tras
la curación. Se deben escoger en base a los
resultados del antibiograma, recomendándose empíricamente hasta entonces
cefalosporinas de primera generación o fluoroquinolonas. En el caso de infección por Pseudomonas aeruginosa se recomienda ciprofloxacino o marbofloxacino en la dosis superior.
- Cefalexina: 22 mg/kg VO dos veces al día.
- Enrofloxacino: 5 mg/kg VO/SC una vez al día; 20 mg/kg VO/SC una vez al día frente a Pseudomonas aeruginosa.
- Marbofloxacino: 2,75 mg/kg VO/SC una vez al día; 5,5 mg/kg VO/SC una vez al día frente a Pseudomonas aeruginosa.
- Orbifloxacino: 2,5 mg/kg VO una vez al día; se citan hasta 12,5 mg/kg VO una vez al día frente a Pseudomonas aeruginosa.
- Ciprofloxacino: 20 mg/kg VO una vez al día frente a Pseudomonas aeruginosa.
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En otitis por Otodectes cynotis se recomienda una terapia vía
sistémica ya que puede haber ácaros en la superficie corporal, los cuales no
serían afectados por tratamientos locales; además deben tratarse también
el resto de animales que convivan juntos.
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La administración sistémica de corticoides se usa solo en
procesos con intenso edema o con marcada estenosis del canal auricular.
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Se puede usar, vía oral, un corticoide de acción corta, como
la prednisona o prednisolona, a dosis antiinflamatoria (1 mg/kg y día en perros
y el doble en gatos) durante una semana, pasando a días alternos durante otra
semana.
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En el caso de infección por Malassezia pachydermatis, además
del tratamiento tópico es posible el tratamiento sistémico con imidazoles.
- En pacientes predispuestos a otitis recurrentes se recomienda, tras la curación del último proceso inflamatorio, el uso de un limpiador adecuado con una frecuencia entre 2-4 veces al mes, lo cual disminuye el número de recaídas.
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Los procedimientos quirúrgicos solo se aplican en los tumores
y en los procesos muy proliferativos con estenosis del canal auricular, en este
último caso para favorecer el drenaje, la ventilación y la llegada de fármacos tópicos.
- En otitis proliferativas caninas se ha ensayado el uso de ciclosporina oral y de corticoides intralesionales; en otros procesos crónicos o proliferativos de personas y gatos se ha usado tacrolimus tópico, por lo que podría ser una alternativa útil.