20 octubre 2017
Cosas de perros
Heinze Sánchez, un joven de Río de Janeiro, estaba sentado en una vereda mirando su teléfono celular. Lentamente se le acercó un perro por la espalda, lo olfateó y seguidamente lo orinó. El joven se levantó inmediatamente y trató de patear al perro, pero éste salió corriendo.
Lo que sucedió después es lo interesante. Al día siguiente Heinze volvió al lugar donde el perro lo había orinado, lo buscó, lo llamó y muy contento el perrito se le acercó. Entonces decidió adoptarlo, lo llevó a su casa y le puso de nombre Enzo Sánchez.
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