10 mayo 2023

¿Cómo se mide la inteligencia de los perros?

En 2009, un grupo de científicos liderado por la Dra. Juliane Kaminski publicó en la revista PLOS ONE un estudio en el que se asemejaba la capacidad cognitiva de los perros con la de los niños de dos años, desde el punto de vista de la comprensión de las señales humanas y la resolución de problemas. Los investigadores también sugirieron que los perros tienen habilidades sociales y emocionales similares a las de los niños, como la capacidad de imitar y responder a las expresiones faciales humanas.



Pero ¿cómo se mide la inteligencia de un animal? 

Pensar que un perro es inteligente solo porque obedece las órdenes humanas podría ser un poco reduccionista y es que la inteligencia de un animal se mide en función de las habilidades que haya desarrollado para poder sobrevivir.

Siguiendo este razonamiento al que hace referencia la experta en perros y entrenadora, Victoria Stilwell, en su libro Educar a tu cachorro (Pinolia), no todos los animales necesitan desarrollar las mismas habilidades para sobrevivir y ninguna especie sería más inteligente que la otra. Un animal será más o menos inteligente si consigue adaptarse exitosamente al entorno que le rodea.

En el caso de los perros, los cachorros, aunque no todos, son capaces de hacer inferencias desde muy pronto. Pueden entender los gestos humanos y aprender el significado de nuestras palabras. También utilizar el lenguaje físico y vocal para comunicarse. Son capaces de resolver ciertos problemas, imitar y pedir ayuda a los humanos cuando lo necesitan.

La inteligencia de los perros comprende cinco dimensiones cognitivas que van más allá de la facilidad para aprender. 

Las cinco dimensiones son: la empatía, la comunicación, la memoria, la capacidad de razonar y la astucia.

Los perros son empáticos a su manera. Ellos no entienden con exactitud lo que estamos sintiendo pero sí que muestran un comportamiento de consuelo hacia nosotros (quien tenga perro esto lo sabe muy bien) y hacia otros canes cuando estamos tristes, doloridos o enfermos. Los perros han aprendido a diferenciar nuestras expresiones faciales y saben cuáles son positivas y cuáles negativas. El bostezo se considera una forma de contagio emocional y en el estudio “Dogs Catch Human Yawns" publicado en Biology Letters en 2008 se demostró que a veces imitan a las personas cuando bostezan, algo que no sucede con sus congéneres.


En cuanto a su capacidad comunicativa, los perros parecen entender lo que significa que una persona señale algo con el dedo. Esto es el resultado de la estrecha relación que mantienen con nosotros, que les ha hecho evolucionar para leer los gestos sociales y comunicativos humanos. También son sensibles a las emociones humanas, tanto es así que “leen” las caras humanas posando sus ojos en la parte derecha, que es la que mejor expresa nuestros estados emocionales. Según un estudio de la Universidad de Lincoln, los perros solo miran así a los seres humanos.

Los perros poseen memoria y es que recuerdan ciertos aspectos de su día a día como los paseos que dan, las actividades que hacen con sus dueños, lo que comen… Es muy probable que posean memoria olfativa, pues el olfato es el sentido que más desarrollado tienen, a años luz del de los seres humanos. Es lógico pensar que tengan una experiencia emocional del olor mucho más intensa que los humanos.

Los canes poseen memoria auditiva gracias a la cual recuerdan el sonido, el tono y el timbre de una voz humana que se vincula a una determinada acción o comportamiento.

La memoria de trabajo o a corto plazo no se ha estudiado mucho en los perros pero sí que se sabe que los canes que encuentran un palo que se les ha lanzado o un juguete escondido, son aprendices más creativos y solucionan mejor los problemas.

La memoria episódica o autobiográfica es la que nos permite recordar acontecimientos concretos de nuestra vida. Se trata de información que está vinculada a lugares, momentos y emociones específicos. Los perros recuerdan cosas de su entorno, experiencias traumáticas y felices hasta mucho tiempo más tarde de cuando ocurrieron.

Siguiendo con la memoria, en lo que respecta a la memoria social, los canes reconocen a otros congéneres, animales y personas. Es importante que recuerden lo que significan las distintas señales sociales que les envían otros perros para así no tener problemas dentro del grupo.

Las dos últimas dimensiones de la inteligencia canina son el razonamiento y la astucia. Aprender por ensayo y error no requiere mucha comprensión. Sin embargo, el razonamiento exige que el perro entienda perfectamente el problema para así imaginar una solución. En cuanto a la astucia, cuanto más astuto es un animal, más probabilidades tendrá de sobrevivir. El motivo es que tendrá que resolver problemas que le plantee su entorno que pueden requerir un poco de engaño. Un perro astuto es muy capaz de resolver problemas sin pedir ayuda a su dueño y suele ser un cazador nato.


Fuente: Muy Interesante