Sus beneficios
La revisión científica destacó la conexión entre la actividad oral y la prevención de enfermedades como la osteoporosis. Favorece desde la digestión hasta la salud mental de los caninos.
Los perros salvajes dedican más de una hora diaria a masticar, a diferencia de los domésticos.
La conducta de masticar, una actividad esencial en la vida de los perros salvajes, se vio drásticamente reducida en los perros domésticos debido a la dieta moderna basada en croquetas y demás “premios”.
Esta transformación, aparentemente inofensiva, tiene consecuencias profundas en la salud física, mental y emocional de los animales, según una revisión científica publicada en la revista Frontiers in Veterinary Science.
En estado natural, un perro puede pasar más de una hora masticando. El dingo australiano, por ejemplo, dedica hasta 108 minutos en una sola sesión a desmembrar y consumir presas, huesos, palitos o granos, según Phys Org.
Masticar ayuda a la higiene bucal, eliminando placa y combatiendo enfermedades periodontales.
Estos comportamientos responden a una necesidad biológica, no a un hábito lúdico. Pero en entornos domésticos, esa conducta fue prácticamente eliminada por alimentos procesados que no requieren esfuerzo ni manipulación oral.
Mientras los canes en libertad mastican como parte de la adquisición de nutrientes -extrayendo médula ósea, minerales o digiriendo exoesqueletos de insectos-, los perros domésticos consumen alimentos diseñados para ser digeridos con rapidez y sin esfuerzo.
La evidencia científica
Los hallazgos publicados en Frontiers in Veterinary Science revisaron investigaciones actuales sobre los efectos de la masticación en la salud canina.
El equipo de especialistas describieron diez beneficios principales vinculados a esta actividad, desde la limpieza dental hasta la regulación del estrés.
A pesar de los riesgos ocasionales, como fracturas dentales en perros con problemas preexistentes, los autores concluyeron que los beneficios superan ampliamente las desventajas.