24 abril 2024

El Sargento Stubby

La increíble vida de Stubby, el perro que salvó vidas y fue condecorado como un héroe de guerra. Llegó a tener el grado de sargento por su participación junto al ejército de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial; su llegada al pelotón y sus últimos días.



Stubby se convirtió en sargento y adquirió importantes habilidades que lo hicieron destacar

A lo largo de los años, los animales desempeñaron roles destacados y heroicos en los conflictos que marcaron el siglo XX. Uno de ellos fue el sargento Stubby, un perro condecorado por sus acciones durante la Primera Guerra Mundial, quien protegió a su brigada de ataques de gas mostaza y espionaje alemán.

Según detalla el Museo Smithsoniano, la historia de Stubby comenzó durante la Gran Guerra. Fue en 1917 cuando el soldado estadounidense J. Robert Conroy entrenaba para la guerra en los campos de la Universidad de Yale cuando encontró un cachorro de cola corta al que decidió adoptar y nombró Stubby. Se trató de un perro de raza Boston bull terrier, que en un comienzo paseaba por los jardines del campus en Connecticut mientras los integrantes del Regimiento 102 de Infantería de la 26 División Yankee se entrenaban para ir al frente.

Stubby va a la guerra... escondido

Fue en octubre de 1917, seis meses después de que Estados Unidos decidió iniciar su participación en la Primera Guerra Mundial, que la unidad tuvo que trasladarse a Francia. Pero, como ya estaban encariñados con el animal que se volvió recurrente en sus entrenamientos y en su rutina, tomaron una contundente decisión: llevarlo escondido en el depósito de carbón a bordo del barco SS Minnesota.

Cabe destacar que, por haber compartido tanto tiempo con los miliares, Stubby ya había aprendido a distinguir los toques de corneta, además de que sabía hacer algunos ejercicios y hasta “saludaba” a los soldados al poner su pata derecha sobre su cabeza. Teniendo esto en cuenta, al ser descubierto en el barco por el oficial al mando, éste dejó que se quedara y fuera la mascota oficial.

El Regimiento 102 de Infantería se desplegó en el frente el 5 de febrero de 1918. Se estableció en Chemin des Dames, al norte de Soissons. Durante semanas, se adaptaron al constante sonido de los rifles y la artillería pesada. En abril, la brigada participó en el ataque a la ciudad alemana de Schieprey, donde Stubby sufrió su primera herida de guerra. Todo se dio mientras se encontraba en la parte superior de la trinchera, cuando una granada arrojada por los alemanes, que estaban en retirada, explotó cerca de él, resultando herido en una pata y siendo enviado al hospital para recuperarse.


Sus habilidades heroicas

Una vez recuperado, Stubby regresó al frente y, al parecer, su primera herida en batalla le dio ciertas habilidades: se hizo más sensible al menor indicio de gas, un “don” que resultó crucial cuando las armas químicas entraron en juego. Además, su agudo sentido del oído también fue invaluable: podía detectar los silbidos de los obuses y alertar a las tropas para que buscaran refugio. También, la mascota del Regimiento 102 tenía la habilidad de localizar a los heridos entre las trincheras, guiándolos hacia los paramédicos o incluso ayudando a encontrar a los soldados perdidos.


El sargento Stubby junto al general John J. Pershing, más conocido como Black Jack

Como si eso fuera poco, durante el episodio de Meuse-Argonne, en donde la ofensiva final de la Gran Guerra marcó la victoria de las fuerzas estadounidenses, el “soldado” Stubby puso a prueba su habilidad para distinguir idiomas, puesto que logró atrapar a un espía alemán que estaba escondido. Según contaron en la página del Departamento Militar de Connecticut, el perro echó las orejas hacia atrás cuando escuchó que el hombre no hablaba inglés y comenzó a ladrar, por lo que el alemán intentó huir sin éxito, ya que el animal mordió su pierna para evitar que avanzara.

Por este notable acto, el oficial al mando del 102 Regimiento recomendó que Stubby fuera ascendido al rango de sargento. Lo convirtió, así, en el primer perro en recibir tal distinción en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Cuando regresó al país, Stubby se convirtió en una figura reconocida, por lo que formó parte de varios desfiles que se llevaron a cabo por diversas ciudades y que finalmente lo llevarían a conocer a tres presidentes: Woodrow Wilson, Calvin Coolidge y Warren G. Harding. Luego, cuando J. Robert Conroy comenzó a asistir a la Universidad de Georgetown, Stubby se convirtió en la mascota del equipo de fútbol americano (Georgetown Hoyas), alentando al equipo y entreteniendo a los aficionados.


Los últimos tiempos del heroico animal

Stubby murió a los nueve años de edad, en 1926, mientras dormía. Tras su muerte, su cuerpo fue disecado y luego donado al museo Smithsoniano, en donde actualmente se exhibe. Además, en aquel entonces, el reconocido diario estadounidense New York Times le dedicó un obituario de media página y también fue retratado por el artista del Capitolio, Charles Ayer Whipple.


El gran reconocimiento de Stubby a nivel mundial

En 2006, durante el Día del Armisticio, se colocó una placa con el nombre de Stubby en el Camino de Honor del Memorial de la Libertad en Kansas City. La placa lo reconoce como el héroe que fue: “Sargento Stubby, un héroe canino de la Primera Guerra Mundial. Un valiente vagabundo”.

La placa de heroico perro en el Camino de Honor del Memorial de la Libertad en Kansas City


Stubby, Un Héroe Muy Especial

En 2018, la productora Fun Academy Motion Pictures lanzó la película animada "Stubby, un héroe muy especial", que narra su vida. El film con la participación de actores destacados como Logan Lerman, Helena Bonham Carter y Gérard Depardieu.

Fuente: La Nación