03 marzo 2015

Cómo la caza con lobos ayudó a los seres humanos a sobrevivir


Hace 40.000 años en Europa nuestros antepasados ​​formaron una alianza crucial y duradera que nos ha permitido acabar con nuestros primos evolutivos, los Neanderthals.

Los perros son antiguos amigos del hombre, reconocidos por su lealtad y habilidades para proteger, cazar y perseguir. Pero los humanos modernos podemos adeudarle aún más a ellos.
Según una antropóloga estadounidense líder, los primeros perros, criados de los lobos, desempeñaron un papel fundamental en la toma de posesión de Europa hace unos 40.000 años, cuando vencieron a los locales Neanderthals
"En ese momento, los humanos modernos, los neanderthals y los lobos eran los principales depredadores y competían para matar mamuts y otros herbívoros enormes", dice la profesora Pat Shipman, de la Universidad Estatal de Pennsylvania. "Pero entonces formamos una alianza con el lobo y esto habría sido el fin para el hombre de Neanderthal".




Si Shipman está en lo  correcto, se habrá resuelto uno de los misterios más intrigantes de la evolución. Los seres humanos modernos se sabe que han evolucionado en África. Comenzaron a emigrar alrededor de 70.000 años, llegando a Europa 25.000 años más tarde. El continente estaba dominado por nuestros primos evolutivos, los Neanderthals, que habían vivido allí durante más de 200.000 años. Sin embargo, dentro de unos pocos miles de años de nuestra llegada, desaparecieron. La pregunta es: ¿qué les sucedió? Algunos científicos culpan al cambio climático. La mayoría asegura que los humanos modernos – armados con habilidades y armas superiores– fueron los responsables.  

Shipman está de acuerdo con este último escenario, pero añade un detalle. Tuvimos un cómplice: el lobo.  
"Los seres humanos modernos formamos una alianza con los lobos y poco después entramos a Europa", argumenta Shipman. Hemos domesticado algunos y los perros se han generado a partir de ellos. Hasta entonces estábamos acostumbrados a perseguir a la presa y expulsar a los carnívoros rivales, incluyendo leones y leopardos, que trataban de robar la carne. "Los primeros perros lobos habrían seguido y acosado a animales como los alces y bisontes. Los habrían perseguido hasta que se cansaron". "Entonces los humanos los mataron con lanzas o arcos y flechas. "Esto significa que los perros no necesitan acercarse a estos grandes animales acorralados para acabar con ellos –a menudo la parte más peligrosa de una caza– mientras que los humanos no tienen que gastar energía en el seguimiento. Los perros habrían hecho eso; luego compartimos la carne. Era una situación de ganar-ganar".

En ese momento, el panorama europeo estaba dominado por los mamuts, rinocerontes, bisontes y varios otros grandes herbívoros. Tanto los Neanderthals y los humanos modernos los cazaban con lanzas y posiblemente con arcos y flechas. Hubiera sido una tarea difícil agravada por la competencia con los leones, leopardos, hienas y otros carnívoros, incluyendo lobos.
"Incluso reduciendo a un bisonte, en cuestión de minutos otros carnívoros hubieran estado haciendo cola para atacar y robar la presa", dijo Shipman. La respuesta, sostiene, fue la creación de la alianza humano-lobo. Anteriormente cazaban por separado las mismas criaturas, con resultados diversos. Una vez que unieron sus fuerzas, dominaron la cadena alimentaria en Europa prehistórica –aunque este éxito tuvo su precio para otras especies. 

"Los primeros Neandertalhs desaparecieron y luego los leones, mamuts, hienas y bisontes en los milenios siguientes. Los seres humanos y los perros de caza eran y siguen siendo una combinación mortal", dice Shipman.La idea es controversial, sin embargo, debido a que hace retroceder a los orígenes de la domesticación del perro profundamente en nuestro pasado. 
La mayoría de los científicos tenían previamente argumentado que la domesticación de los perros (de lobos domesticados), comenzó con la aparición de la agricultura, hace 10.000 años, aunque otras investigaciones han sugerido que comenzó antes, alrededor de hace 15.000 años. Pero Shipman la coloca antes de la última Edad de Hielo, que apunta a los últimos descubrimientos de restos fósiles de perros en Siberia y Bélgica de  33.000 años de antigüedad. Aunque se ven bastante como lobos, los fósiles también muestran signos claros de domesticación: hocicos que son más cortos, las mandíbulas con los dientes distintos a los de un lobo salvaje.
Así que empezamos a cambiar la apariencia del lobo y durante milenios los convertimos en todas las razas de perros que tenemos hoy, desde un Corgi a un Gran Danés

"Curiosamente, también pueden haber cambiado nuestra apariencia", dice Shipman, cuyo libro "Los Invasores: cómo los seres humanos y sus perros están detrás de la extinción de los Neanderthals", se publicará este mes. 

"Considere la parte blanca de los ojos", afirma. El lobo posee esclerótica blanca al igual que el Homo Sapiens, que es el único primate que las tiene. "La principal ventaja de tener esclerótica blanca es que es muy fácil calcular lo que otra persona o animal está mirando", agregó Shipman. "Proporciona una forma muy útil de la comunicación no verbal y habría sido de gran ayuda a los primeros cazadores. Ellos fueron capaces de comunicarse en silencio". Así, la mutación que confiere esclerótica blanca podría haber vuelto cada vez más común entre los humanos modernos hace 40.000 años y habría conferido una ventaja a aquellos que estaban cazando con perros. Por el contrario, no hay evidencia de ningún tipo de que los Neanderthals tuvieran alguna relación con los perros y en cambio parecen haber seguido cazando mamuts y alces por su cuenta, un método difícil para la adquisición de alimentos.Ya estresados por la llegada de los humanos modernos a Europa, nuestra alianza con lobos habría sido fatal para los Neandertahals.

Pat Shipman
 Tampoco se detiene la historia en Europa, agregó:


"Me gustaría ver esto como el comienzo de una larga invasión del mundo por los humanos. Llevamos los perros con nosotros dondequiera que fuimos después de nuestra alianza formada en el paleolítico. Los llevamos a América y a las Islas del Pacífico. Hicieron la caza más fácil y ayudaron a custodiar nuestras casas y nuestra comida. Ha sido una alianza muy poderosa".

 



Fuente:  theguardian.com/science | Robin McKie